Tribuna Popular conversó con el Secretario General del Partido Comunista de Venezuela (PCV), camarada Oscar Figuera, para profundizar sobre el papel de los trabajadores y trabajadores en la Revolución Bolivariana y los contenidos principales de la nueva Ley Orgánica del Trabajo, base jurídica para la transformación de la sociedad venezolana en el marco del proceso revolucionario.
¿Porque el PCV habla de una Nueva y Revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo?
Desde el Partido Comunista la denominamos la reforma integral para lograr una nueva Ley Orgánica del Trabajo, porque debe ser una nueva ley y no una reforma puntual o parcializada, para ponerla en función a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la necesidad de profundizar el papel de los trabajadores y las trabajadoras en el proceso de transformación político, social, económico, cultural y militar de la sociedad venezolana, la nueva LOT debe ser un instrumento que sirva en esa dirección, a esa lucha y a esa necesidad. Para nosotros una de las reivindicaciones fundamentales que le permitirá, a la nueva LOT, ser revolucionaria, es la conformación de los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras. Porque si logramos una nueva Ley Orgánica del Trabajo manteniendo los criterios generales que contiene toda ley en una sociedad capitalista que son normas de quien ejerce el dominio económico y político, obviamente si no rompemos ese esquema, la LOT será nueva en muchas cosas. Será nueva porque, como dijo la Constitución del 99, recuperará la concepción en que se tabulaban las prestaciones sociales, será nueva porque reduzca la jornada de trabajo, lo cual es muy importante, será nueva porque amplié el lapso de prescripción de las acciones, pero no será nueva en cuanto a establecer mecanismo que pueden llevar a contribuir a la transformación de las relaciones sociales de producción. En cuanto a la participación de los trabajadores en su elaboración, han hecho un aporte desde la perspectiva de lo que aspiran debe ser una nueva Ley Orgánica del Trabajo.
¿Hay resistencia en el movimiento sindical de conformar los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras?
Se ha logrado revertir lo que fue una matriz de opinión que los sectores del sindicalismo reformista y la patronal, casi logran convencer a la mayoría de los trabajadores, de que la propuesta nuestra de los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras era una manera de desplazar a las organizaciones sindicales y, eso había creado una postura de resistencia y de rechazo de sectores de trabajadores y sectores sindicales al dejarse llevar por ese planteamiento. Esta fase de debate público nacional logró revertir esa tendencia y hacer conciencia de ese falso dilema. En la sociedad capitalista, incluso en la socialista, y es nuestro convencimiento, se requiere la presencia de las organizaciones sindicales, que por tanto, lo que va a superar la existencia de los sindicatos en un momento histórico, es el propio desarrollo social y no un decreto de alguien que se le ocurra. Por tanto, hoy siguen siendo pertinentes y necesarias las organizaciones sindicales fuertes, democráticas, participativas y clasistas. Nosotros no estamos contra el movimiento sindical clasista, estamos en contra del movimiento sindical reformista, no contra los sindicatos, sino contra esa concepción del reformismo que actúa a favor de los patronos en general. Y logramos establecer la matriz que los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras es un instrumento para la propia participación y el ejercicio de los derechos políticos de los trabajadores y trabajadoras en los centros de trabajo. Más que una organización reivindicativa, para la discusión de contrato, de reclamo de despidos o violaciones a la ley del trabajo, es una estructura la participación política de los trabajadores y trabajadoras en la definición del proceso productivo, de las relaciones sociales de producción, para la participación en la ejecución, el control y administración de la concepción de los procesos productivos en cada centro de trabajo.
¿Cuáles son los ejes fundamentales en que se sustenta la propuesta del Partido Comunista para la nueva y Revolucionaria LOT. Qué coincidencia existe con el movimiento sindical?
En cuanto a la participación de los trabajadores en su elaboración, han hecho un aporte desde la perspectiva de lo que aspiran debe ser una nueva Ley Orgánica del Trabajo. En el 2008 y 2009, periodo que nos correspondió presidir la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional, adelantamos un plan de debate nacional, donde en lo fundamental, la participación de los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones sindicales aportaron opiniones en esa línea.
De estas opiniones entregada por los trabajadores y trabajadores, hay algunos ejes coincidentes con los planteamientos del Partido Comunista de Venezuela; Uno, debe ser una nuevo Ley Orgánica del Trabajo, no una reforma; Dos, debe ser una Ley que empodere a la Clase Obrera en los centros de trabajo y, desde esa perspectiva, vayan construyendo unas nuevas relaciones sociales de producción por la vía de la participación y el control directo de los trabajadores y trabajadoras de los procesos laborales, sean estos productivos y/o administrativos, es decir, no estamos hablando nada más de la fabrica estamos hablando de todo los centros de trabajo donde existen grupos humanos caracterizados como trabajadores y trabajadoras. En tercer lugar, debe ser una ley que sancione severamente a las patronas y los patronos que violan las normas que tienen que ver con los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, que irrespetan la ley, las convenciones colectivas, entre ellos, las decisiones de los organismos del trabajo que ordenan reenganches y favorecen derechos individuales de los trabajadores y son irrespetados por los patronos público y privados. Incluso, desde nuestra perspectiva, debe implicar acciones de carácter judicial en caso de que haya reincidencia de los patrones en la violación de derechos. Un cuarto elemento que coincidimos, es eliminar toda forma de tercerización que implica la violación de derechos individuales y colectivos de los trabajadores que están en tal condición, es un clamor general de los trabajadores y las trabajadoras.
Hay algunos aspectos también de carácter general que tienen que ver con el tema del derecho a huelga. Hay un señalamiento que no se está permitiendo el ejercicio al derecho a huelga, con distintos subterfugios. Esto implica, más que una norma jurídica, un debate político, porque la norma jurídica que hoy existe en la ley es realmente amplia y suficiente, este es un problema de debate de carácter político. De lo que se trata que el Ministerio del Trabajo, que es la instancia gubernamental responsable de administrar todo el proceso que tiene que ver con las relaciones laborales, garantice el ejercicio del derecho a huelga y obligue en forma perentoria al patrono a hacer propuestas, en el lapso de negociación que son de 120 horas. Cuando el Ministerio del Trabajo, por distintos subterfugios no permite que se inicie el proceso de las 120 horas, lo que está haciendo es dándole armas a los patronos y está debilitando la lucha organizada de los trabajadores y trabajadoras. Es un tema el cual los trabajadores han venido insistiendo, pero más que una norma es un problema político y de fuerza de los trabajadores y trabajadoras para también, frente al Estado y las instituciones correspondiente, hacer respetar y hacer vales sus derechos.
El tema de las Convenciones Colectivas y cómo hacer para que los patronos, públicos y privados, no retrasen su discusión, es un tema también importante. Eso tiene que ver con el hecho, fundamentalmente en la administración pública, de que se vencen los contratos y pasan años y años sin que el patrón proceda a discutir y crear las nuevas condiciones de trabajo. En el terreno de la organización sindical, también hay una exigencia que tiene que ver con democratizar el trabajo sindical.
¿Cuál es la importancia para el Partido de lo que se hace llamar la Estabilidad Laboral Absoluta?
Para nosotros la Estabilidad Laboral no es nada más que la garantía del empleo, aunque también lo es. Pero es fundamentalmente un problema político, porque sin estabilidad absoluta y universal, no hay garantía para que los trabajadores y trabajadoras puedan ejercer el derecho a la participación. Porque cualquier participación puede ser reprimida por los patronos públicos y privados si no gozan de estabilidad absoluta y universal. Sobre estos temas hemos venido debatiendo en la comisión y podría decir que hay un consenso muy amplio entre los trabajadores y las trabajadoras. Aunque existen otras reivindicaciones que también son prioritarias para el movimiento sindical, como el tema de las prestaciones sociales, la prescripción, la reducción de la jornada de trabajo, la educación, el problema la igualdad y equidad de género, la formación política e ideológica de los trabajadores y trabajadoras, etcétera, con lo cual el Partido Comunista está de acuerdo, además de este otro conjunto de reivindicaciones que son fundamentales para el abordaje y la conclusión de la nueva Ley Orgánica del Trabajo.
Uno de las formas de explotación son los llamados “regímenes especiales”. ¿Cómo se está tratando este tema en la Comisión?
Los regímenes especiales que lo establece la ley, no es para favorecer a los trabajadores, sino para desfavorecerlo con relación al régimen general. Uno de ello es el caso de los Trabajadores de la Vigilancia, que en este país ronda el millón de trabajadores, que según la norma actual tienen la obligación de trabajar 11 y 12 horas. Nosotros estamos proponiendo que los trabajadores, en general del país incluido los de vigilancia, no deben laborar más que la jornada de trabajo que en general se prescriben para todo los trabajadores venezolanos, debiera aplicárseles la norma general, porque es falso que un vigilante no corra riesgo o no tenga exigencias. Hoy en la sociedad moderna eso no es así, cualquiera que cumpla una función de vigilancia está sometido a una presión de un acto indebido y en condición de riesgo que, obviamente, afecta en su condición de vida, de trabajo y afecta su salud. Eso por un lado, el otro es el tema de las jornadas nocturnas, nosotros estamos planteando que la jornada nocturna debe ser excepcional y que cuando se establezca jornada nocturna debe ser de mucho menor tiempo que la jornada normal de trabajo. Hasta ahorita en la Constitución se establece que la jornada nocturna no debe pasar de 35 horas semanales, ese es un buen criterio. Se plantea mantener ese criterio en la Ley Orgánica del Trabajo. Igual que el tema de las horas extras, eso debe ser estrictamente regulado y ejecutado previo permiso de las autoridades del Estado venezolano, porque si estamos hablando de reducir la jornada de trabajo, no es para que los trabajadores tengan más tiempo para las horas extras, sino más bien, para que se abra espacio para que nuevos trabajadores entren al proceso productivo formal y no para que se le sobreexplote por la vía de las horas extras al conjunto de trabajadores existentes en una empresa.
¿Cómo se resuelve el problema de que muchos trabajadores ganan el ingreso mínimo y deben trabajar horas extras para completar un sueldo digno?
Ese es uno de los problemas que debe ser abordado por los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras. Porque estas estructuras tendrán acceso directo a ese círculo que permanece oculto de la inversión, de los costos, de la ganancia, etcétera y, obviamente, deberán ayudar y colaborar con las organizaciones sindicales en el tema de las reivindicaciones laborales, eso en el sector público y privado de las empresas. Nosotros estamos convencidos que los Consejos de Trabajadores ayudarán en esa dirección, porque la única manera de superar esa situación de déficit en la capacidad adquisitiva de los trabajadores y trabajadoras como consecuencia de unos salarios que no le permiten adquirir una cesta básica, de sobrevivencia, tendrá que resolverse con política general del Estado y con la participación directa de los trabajadores. Con políticas generales porque el Estado debiera hacer un estudio de carácter segmentado, por sectores de trabajadores, para determinar niveles de márgenes de ganancias de las empresas, de los costos, de los precios y en esa misma proporción, en un esfuerzo de organización por rama de la actividad económica de los trabajadores, establecer mecanismos que permitan una mejor distribución de lo que es la ganancia, la plusvalía de la que se apropian los patronos. El tema tiene que ver con una política realmente revolucionaria que implica nivel de control sobre los procesos productivos y donde el Estado no será capaz de hacerlo, sino es con la participación de los trabajadores y trabajadoras.
Aunque no es un tema que le compete a la Ley Orgánica del Trabajo. ¿Los trabajadores tienen alguna opinión con respecto al Ministerio del Poder Popular del Trabajo y la Seguridad Social?
Hay una demanda general de los trabajadores y las trabajadoras sobre la transformación del MPPTSS, ese es un grito unánime. Por los criterios burocráticos, la ausencia de espacios de participación de los trabajadores y trabajadoras, incluso los del propio Ministerio. Es una demanda en la cual nosotros desde el Partido Comunista coincidimos plenamente en que es necesaria una transformación profunda del MPPTSS. Se trata de una concepción, incluso, donde sea un Ministerio para los trabajadores y las trabajadoras, que no sea una institución para conciliar con los patronos, aunque tenga un cierto carácter de árbitro, ciertamente, pero que sea una institución al servicio de los trabajadores y las trabajadoras. Es árbitro en cuanto es una instancia de Estado, pero no una instancia para ir a negociar y hacer nulo los derechos de los trabajadores y los trabajadores, ello deben saber que es una instancia que va a facilitar su defensa ante los patronos. No como hasta ahora, en que uno llega hasta allí y los funcionario dicen que ³no pueden hacer nada², “vayan a los tribunales”, “que soy un ente de conciliación”, “que tengo que tratar igual al patrono que al trabajador”, etcétera, se convierte en un espacio de conciliación, pero que realmente la “conciliación” termina favoreciendo al patrón, que es el sector más fuerte económicamente y poderoso que en el terreno de la conciliación puede comprar conciencias de funcionarios. Ese es un tema fundamental que tiene que ver con los planteamientos de los trabajadores y trabajadoras y que el Partido Comunista también ha venido haciendo.
Finalmente, en cuanto a la participación de los trabajadores y las trabajadores en el desarrollo del proceso revolucionario venezolano. ¿Hay conciencia política en los cuadros dirigentes del proceso de que para avanzar hacia el socialismo es fundamental abrir espacio de participación en la dirección a la Clase Obrera?
Podríamos afirmar que hasta ahora, el planteamiento de participación de los trabajadores y trabajadoras en el proceso productivo, laboral, político y económico del país se ha quedado solo en el discurso desde el Estado venezolano. Si hubiese una conciencia política de la necesidad de esa participación, ya la instancia política de la dirección del proceso, que son al final quien determina que es los que hace la mayoría de la AN, hubiesen dado carta blanca a la propuesta del Partido Comunista presentada hace más de dos años, sobre el proyecto de Ley de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y no es así, y no lo hemos logrado aprobar ni siquiera en la Comisión de Desarrollo Social, lo único que logramos es que incorporara lo esencial de nuestro proyecto en la elaboración de la propuesta de nueva Ley Orgánica del Trabajo, pero eso pudiera desarrollarse mucho más rápido, adelantando la propia Ley de los Consejos. No hay hechos concretos que permita señalar que existe conciencia política de la necesidad de la participación de los trabajadores y las trabajadoras, además en las instituciones donde se han constituido o ayudado a constituir Consejos de Trabajadores, lo que ha intentado siempre la dirección de esas empresas sociales es subordinar los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras a la dirección de la empresa y no que actúen como entes autónomos que, incluso, puedan ejercer control social sobre los procesos que llevan las gerencias, porque la concepción es crear estructuras subordinadas al Estado, y esa no es la opinión del Partido Comunista. Precisamente deben ser una estructura que coincidiendo en la estrategia general de la Revolución Socialista, tienen un nivel de autonomía e independencia para cumplir su papel de control obrero sobre el proceso productivo y en la participación directa de los trabajadores en el proceso laboral. Hay algunas experiencias que se están intentando a partir del año pasado con el proyecto Guayana Socialista 2009-2019 y los recientes anuncios de cambios en las presidencias de las empresas básicas de la CVG, lo cual el PCV saludó. También lo anunciado por el presidente Chávez en el sector eléctrico. Pero eso no es suficiente, porque definitivamente y es una de las cosas que el Partido Comunista ha venido expresando opiniones bien particulares, en el sentido que esas dificultades que se perciben en la dirección de las empresas no se resuelven con decisiones individuales, sino con decisiones colectivas. Allí la necesidad de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y en la necesidad que en esas instancias gerenciales se constituyan muchos más amplias, como Consejos de Dirección General de la Empresa de la cual son parte los Consejos Socialistas de Trabajadores, la gerencia que nombra el Ejecutivo Nacional, los representantes de la cadena productiva, etcétera, o sea un proceso mucho más complejo que amerita la construcción de los mecanismos de participación.
Para concluir, podemos decir que el Partido Comunista está convencido que el Estado que tenemos que construir requiere la participación de los trabajadores. Participación que concebimos como un proceso, dentro de ese gran concepto del cual es uno de los aspectos medulares, fundamentales del gran proceso de construcción de la nueva sociedad, sin lo cual, ese proceso no será posible alcanzar lo general, porque si el proceso general de transformación de la sociedad no tiene como centralidad a la Clase Obrera y, en general, a la Clase Trabajadora; si no está transversalizado por la clase social revolucionaria, obviamente que el resultado del nuevo Estado o la nueva sociedad, será otra cosa. Podrá ser un Estado comunal, pero un Estado comunal manteniendo relaciones sociales de explotación, no será el Estado Socialista. Por ello que nosotros consideramos que en la medida que los trabajadores y las trabajadoras vayan participando, vayan entregando su aporte fundamental a la definición, desarrollo y construcción de la nueva sociedad, en esa misma medida irá elevando la concreción de su papel revolucionario en la sociedad y el papel que le ha asignado la historia como clase social revolucionaria.
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