2014/04/25

ENTÉRESE DEL VERDADERO ORIGEN DE LOS GRUPOS DE ESTUDIANTES TARIFADOS Y SUS INTERESES TERRORISTAS

Desde esa central de inteligencia se han tejido las revoluciones de colores y las primaveras árabes no en balde su página web es traducida en 40 idiomas.
El jiu-jitsu es un arte marcial japonés basado en la defensa sin armas. Se practica en el país del sol naciente desde hace dos milenios. Su origen data de las batallas entre los bushi, guerreros clásicos, contra los samurai, guerreros con armaduras, que eran neutralizados y vencidos sólo a través de luxaciones, estrangulamientos y derribos.

Gene Sharp, profesor de Filosofía y Política y fundador del Instituto Albert Einstein, organización “sin fines de lucro” que promueve “la defensa de la libertad y la democracia y la reducción de la violencia política mediante el uso de acciones no violentas”, acuñó el término Política Jiu-Jitsu en su libro Politics of Nonviolent Action: Part One : Power and Struggle publicado en 1973. Con este término, Sharp, nacido el 21 de enero de 1928, se refiere a derribar al oponente desequilibrándolo mediante una estrategia política.

La clave de Gene Sharp radica en que el poder no deriva de una cualidad intrínseca de quienes están en el poder, es decir, el poder no es monolítico. Según Sharp, toda estructura de poder descansa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de la dirigencia política. De esa forma, si hay desobediencia civil cae el gobierno. Esta base ganada a la desobediencia tiene en los estudiantes universitarios un porcentaje significativo.

En este sentido el cubano Raúl Antonio Capote cuenta en su libroEnemigo, que cuando estaba infiltrado en la contrarrevolución en la propia Cuba recibía instrucciones de la CIA dirigidas “a crear, mejorar e incrementar el trabajo de redes entre los estudiantes universitarios” con la finalidad de utilizarlos “para provocar un caos social y político, generar bajo las banderas de la no violencia disturbios de calle, atraer a la prensa internacional, provocar la represión mediante la realización de actos violentos e ilegales” para luego divulgarlos a través de las empresas privadas de comunicación social “para justificar cualquier acción contra la revolución, presentándola como un acto de justicia”.

Gene Sharp reside en un primer piso de un edificio de Boston donde también funciona el Albert Einstein Institution (AEI). Ese piso es en realidad un laboratorio imperialista que funciona como un teatro de operaciones de desestabilización contra gobiernos que no se someten a los intereses de Estados Unidos. Desde esa central de inteligencia se han tejido las revoluciones de colores y las primaveras árabes no en balde su página web es traducida en 40 idiomas.

El 10 de octubre de 1998 un grupo de estudiantes universitarios de derecha fundaron en Belgrado una oscura organización llamada Otpor (Resistencia). Más tarde uno de sus líderes, Srdja Popovic, recibió la visita de Robert “Bob” Helvey, un coronel retirado del ejército estadounidense que participó en la guerra de Vietnam y que es quien hace el trabajo “en el terreno” del AEI, para desestabilizar Serbia hasta llegar, en el curso de dos años, al derrocamiento del gobierno de Slobodan Milósevic.

Desde el AEI se sabe que electoralmente es harto difícil sacar a Nicolás Maduro de Miraflores, por ello, la labor de Gene Sharp se centra en leerle la cartilla a líderes burgueses tipo Ken o muñequitos de torta para que estos llenen la cabeza de porquería a estudiantes universitarios; con la ayuda de la radio, la televisión, Hollywood, la iglesia y los currículos eurocéntricos de las universidades; y así poder deponer gobiernos y sistemas políticos legítimamente constituidos.

Las manitas blancas representan la antítesis de los 85 estudiantes del Seminario de Santa Rosa que lucharon del lado republicano al mando de José Félix Ribas por la protección de La Victoria. Gene Sharp sabe que las manitas blancas si les hubiese tocado vivir aquel 12 de febrero de 1814 estuviesen en el bando de los realistas obedeciendo las órdenes de José Tomás Boves ¿o no?

Autor: Prof. Dr. Alí Ramón Rojas Olaya (Ph.D), Rector de la Universidad Católica Santa Rosa.
(RNV)