Estamos concluyendo 11 años de la actual etapa de la revolución venezolana, que se ha denominado comúnmente como Revolución Bolivariana, marcada ésta desde las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998 y la toma de posesión el 2 de febrero de 1999.
En este tiempo hay un número importante de aspectos positivos para resaltar, y el PCV lo ha hecho en cada oportunidad y en las diversas retrospectivas:
Se puede, como lo hacen constantemente los medios públicos, resaltar las políticas y acciones que han beneficiado a millones de venezolanos y venezolanas, en los más diversos aspectos del quehacer humano.
Se puede, como lo hacen reiteradamente los distintos voceros gubernamentales, regocijarse de la positiva influencia que ha ejercido este proceso en el reforzamiento nacional e internacional de las fuerzas del progreso.
Se puede, como lo hace el Presidente Chávez, animar las esperanzas populares para objetivos aún intangibles pero que representan mucho de lo que han sido anhelos postergados a varias generaciones.
Se puede y se debe hacer esto. A las y los comunistas no nos queda duda de ello.
Pero, habrá quien diga que nunca falta un pero, no sólo debe hacerse esto, también debemos analizar y discutir críticamente las fallas que hemos arrastrado, las deficiencias que han surgido y los vicios que existen en la administración pública y en diferentes instancias de organizaciones políticas, populares o sociales.
No ayudan a un proceso revolucionario la complacencia acrítica, el comentario sin contenido, la copia mecánica de declaraciones, la fraseología acomodaticia y la previsión de un discurso para agradar al jefe. Una de las principales fallas, que hemos arrastrado en estos 11 años, es una fuerte dosis de electoralismo.
El planteamiento de que hay más democracia mientras más elecciones se realicen es en el mejor de los casos una inocencia política, al seguir jugando con las reglas y los conceptos impuestos por la burguesía; pero, en el peor de los casos, es una pervertida distorsión de lo que debe ser la real y profunda democracia que debe construirse, con permanente y cada vez más directa participación del pueblo trabajador.
Una de las principales deficiencias, que hemos tenido estos 11 años, es la de un espacio de articulación de las diversas expresiones de las fuerzas políticas, populares, revolucionarias y sociales que activamos por la revolución.
Ha faltado la voluntad política, la visión estratégica y la sabia interpretación de los procesos sociales y sus momentos históricos, para asumir la construcción de este espacio colectivo.
No se ha logrado trascender los escenarios electorales para esta necesaria Alianza Patriótica.
Uno de los principales vicios, existente en estos 11 años pero multiplicado en los más recientes, es el del uso y abuso de la figura del Presidente Chávez por parte de todos los órganos y niveles del poder ejecutivo (incluso de otros poderes del Estado) y de organizaciones políticas, populares o sociales.
La pretensión de hacer creer que la contradicción en Venezuela es entre “chavistas” y “escuálidos” es, en el mejor de los casos, una simplificación del proceso político venezolano y por ende de los objetivos ulteriores de la revolución pero, en el peor de los casos, es abonar la degradación de la conciencia social con elementos que rayan en lo religioso, dotando a un individuo de cualidades sobrenaturales, exaltando y atribuyendo a una personalidad influencias por sobre los procesos históricos, la lucha de clases y el pueblo trabajador.
Es necesario, más bien imprescindible, para profundizar y avanzar en la revolución venezolana, construir colectivamente la Unidad Popular Revolucionaria, que logre cohesionar y coordinar el enorme caudal de energía y voluntades latentes en el pueblo venezolano, para crear una nueva correlación de fuerzas que impulse la liberación de la patria de todas las cadenas de dominación imperialista, pero que también sea garante de la depuración de las fallas, deficiencias y vicios existentes.
El Partido Comunista de Venezuela, ha alertado y alerta sobre los peligros existentes.
Ha aportado y seguirá aportando todo su esfuerzo para que esta etapa del proceso revolucionario no se convierta en una frustración más para nuestro pueblo.
El PCV, a pesar de ataques (injustificados) de amigos y (lógicos) de enemigos, da nuevamente un paso al frente, ante la contraofensiva del imperialismo y sus títeres locales.
El pueblo trabajador, en los diferentes episodios de sus luchas históricas y actuales, ha corroborado que puede y podrá contar con el Partido Comunista, porque su vida y razón de ser están vinculadas a su destino.
¡Por un 2010 de combates y de victorias!
Fuente: www.tribuna-popular.org/ Prensa Popular Solidaria/ En Lucha Comunistas Chacao/ http://pcvchacao-enlucha.blogspot.com.
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