A continuación publicamos en forma íntegra y en formato (pdf) la Declaración Política emanada del XXX Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, desarrollado el 6 y 7 de junio del 2009, cuya tarea fundamental del presente momento histórico es construir un poderoso movimiento obrero y popular, con una sólida conciencia de clase, para profundizar el proceso revolucionario, consolidar la liberación nacional y abrir caminos a la construcción del Socialismo. Ver documento en pdf. Para su reproducción: HACER CLICK AQUÍ
2.- Nuestro país, pese a las medidas progresistas adoptadas por el gobierno del Presidente Chávez, sufre los embates de la crisis capitalista. Esto se debe, fundamentalmente, a que Venezuela tiene una fuerte dependencia con respecto a los mercados internacionales, por su carácter de economía capitalista no industrializada, monoexportadora y multiimportadora. Nuestra condición casi exclusiva de país exportador de crudo, papel asignado históricamente por el imperialismo en la división internacional del trabajo, nos hace vulnerables, en la medida en que somos víctimas del intercambio desigual en la relación comercial con las potencias. En tal sentido, es necesario aprovechar la crisis para conquistar mayor soberanía económica, incluso en el marco de la nueva integración latinoamericana, adelantando un plan de industrialización e impulsando el surgimiento de las nuevas relaciones socialistas de producción, es decir, profundizar la revolución iniciando el tránsito hacia la construcción del Socialismo.
3.- Las contradicciones en la actual fase del proceso revolucionario, de liberación nacional, tienden a agudizarse. Por un lado la contradicción principal, que se expresa en la confrontación entre las aspiraciones de liberación de nuestra patria y el propósito del imperialismo estadounidense de preservar e incrementar su dominio y favorecer a las empresas monopólicas transnacionales, de allí que continúa la amenaza multifacética de la contrarrevolución, con sus planes desestabilizadores, que incluyen el terrorismo mediático, las provocaciones, el sabotaje económico, el posicionamiento paramilitar, la activación del sicariato para actuar criminalmente contra dirigentes populares revolucionarios, y el magnicidio, para atentar contra la revolución venezolana e intentar frustrar los procesos antiimperialistas de integración y unidad que avanzan en América Latina y que le propinan a EEUU importantes derrotas en el campo político y diplomático, como la victoria obtenida en la Asamblea General de la OEA, al derogar la reaccionaria decisión de expulsar a Cuba de ese organismo.
4.- Simultáneamente, se agudiza la contradicción fundamental presente en toda sociedad capitalista, que se expresa en los intereses de las clases trabajadoras frente a los intereses de la burguesía y de la patronal pública que reproduce prácticas y vicios propios del Estado capitalista, aún existente en nuestro país, en la medida en que muchos –de quienes ejercen responsabilidades en la administración pública y en la gerencia de empresas del Estado- no están comprometidos con el objetivo de construir el Socialismo y privilegian sus intereses particulares frente a los de los trabajadores y el pueblo. La concepción burguesa y pequeńoburguesa que predomina en la administración del Estado, el reformismo y el oportunismo prevaleciente, debilitan a la revolución, obstaculizan los objetivos de construir una patria libre y socialista y crean niveles de frustración en las clases trabajadoras y en nuestro pueblo. Se evidencia entonces una cada vez mayor desconexión entre las orientaciones revolucionarias y progresistas del Presidente Chávez y las prácticas antiobreras, antipopulares, burocráticas, ineficientes y corruptas de personeros de la gerencia pública, que sirve al surgimiento y consolidación de una nueva burguesía, que se levanta disputándose con la oligarquía tradicional buena parte de la renta petrolera venezolana.
5.- Se requiere, por tanto, un cambio en la actual correlación de fuerzas en la sociedad y en el proceso revolucionario. El carácter de una revolución está determinado, en lo fundamental, por las clases y estamentos que asumen su dirección. Por ello, es indispensable para la revolución venezolana y para lograr su profundización en la orientación hacia el Socialismo, fortalecer el papel protagónico de la clase obrera y del pueblo trabajador, construyendo el Poder Popular que permitirá crear el Estado Democrático Popular Revolucionario que podrá conducirnos hacia la consolidación de la liberación nacional y el tránsito hacia el Socialismo. Es decir, el establecimiento progresivo de un modo de producción basado en la propiedad social de los medios de producción fundamentales (propiedad de todo el pueblo), con el papel dirigente de las y los trabajadores en la gestión de los procesos productivos y en la sociedad en su conjunto, donde sean liquidadas todas las relaciones de producción basadas en la explotación «del hombre por el hombre» y donde se superen la división social y la estructura jerárquica del trabajo.
6.- En este contexto, el Partido Comunista de Venezuela (PCV), en uso de la crítica y la autocritica, ratifica su posición con respecto a temas y situaciones que están en desarrollo en la vida política nacional.
- Sobre el proceso de nacionalizaciones: es un avance importante en la dirección de conquistar para el Estado venezolano el control sobre medios de producción y actividades económicas estratégicas. Sin embargo, hay que precisar que la sola estatización no hace socialista a una empresa, si en ella no se constituyen relaciones socialistas de producción, tal situación es aplicable a todas las empresas y unidades de producción de propiedad estatal; por tal razón, las y los trabajadores de todas las entidades y empresas públicas, privadas y mixtas, deben organizarse en Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y adelantar su formación integral, para ejercer el papel de dirección colectiva de los procesos productivos y de servicios, junto al Gobierno Nacional Bolivariano.
- Sobre la conflictividad laboral: estamos con las y los trabajadores en lucha contra las violaciones a los derechos colectivos e individuales cometidas tanto por la patronal privada como por la pública. Nos oponemos a los despidos masivos cometidos en Gobernaciones, Alcaldías y Consejos Legislativos, bajo dirección opositora ó del proceso bolivariano, pues los recortes presupuestarios no deben ser descargados sobre las y los trabajadores y sus familias; hay que construir alternativas y soluciones con las Clases Trabajadoras, no contra ellas.
- Rechazamos enérgicamente las violaciones a la libertad sindical y al derecho a la negociación colectiva, donde quiera que estén siendo cometidas. El proceso revolucionario tiene que garantizar un respeto absoluto al derecho a la organización voluntaria de las y los trabajadores. El sindicato ha sido y es el instrumento legal apropiado para que las clases trabajadoras luchen colectivamente por mejores condiciones de vida y trabajo en esta sociedad que condena a los asalariados a ser productores subordinados, alienados y explotados. Siendo indispensable el rescate del movimiento sindical para unir las luchas y desarrollar la conciencia de clase, el carácter legal y legítimo de la organización y la actividad sindical, no está en discusión. Por otra parte, reiteramos nuestro repudio ante el asesinato de campesinos y líderes sindicales y alertamos contra la impunidad. Exhortamos al movimiento de las y los trabajadores a fortalecer su organización, su unidad y su capacidad de movilización para impedir que la oligarquía, los círculos de la extrema derecha y las mafias sindicaleras, impongan una política de exterminio contra el movimiento obrero y popular.
- Ante las leyes que están en discusión: nos pronunciamos por la más amplia, activa y organizada participación popular en los debates sobre leyes que son importantes para profundizar el proceso revolucionario, determinar el tipo de sociedad que queremos construir y contribuir al desarrollo de la mayor conciencia política de los colectivos y al fortalecimiento del papel protagónico de las clases trabajadoras y del pueblo, de forma independiente con relación a los sectores del poder económico y del Estado. En particular nos referimos a: Ley Orgánica del Trabajo, Ley de Reforma de los Consejos Comunales, Ley Orgánica de Educación, Ley de las Comunas, Ley de la Propiedad Social y Ley Orgánica de los Procesos Electorales. Exhortamos a las clases trabajadoras a exigir de la Asamblea Nacional la aprobación de la Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y la inclusión de esta figura en la nueva Ley Orgánica del Trabajo, para dotar a las y los trabajadores de estos instrumentos revolucionarios de participación protagónica y dirigente en los centros de trabajo.
- Con relación al estado actual de la Alianza Patriótica: insistimos en la necesidad de que el proceso revolucionario se dote de una dirección colectiva y unitaria para hacer más eficaz y coherente la inmensa labor de defender, consolidar y profundizar la revolución. La ausencia de esta instancia es una pronunciada debilidad de la Revolución. Proponemos al Presidente Chávez y exhortamos a los factores políticos del proceso a restablecer el funcionamiento de la Alianza Patriótica, como un auténtico espacio de dirección política unitaria, donde el trato sea de verdaderos aliados y no de subordinados o allegados.
Por otra parte, alertamos a los compatriotas de la dirección nacional del PSUV, ante presiones y amenazas de despido contra revolucionarios y revolucionarias que no deciden inscribirse en el PSUV, en empresas del Estado y entes de la administración pública; situación que particularmente se ha presentado contra militantes de nuestro Partido. Tal práctica, que entendemos no es política oficial, debe investigarse y tomar los correctivos necesarios, por cuanto no tiene nada de revolucionaria, recordando que un partido político sólo puede fundarse y fortalecerse por quienes decidan voluntaria y conscientemente participar en el mismo. Toda acción dirigida a obligar, de forma directa con amenazas y condicionantes, o de forma indirecta, con prácticas clientelares, a integrarse en una organización política, conduce a la descalificación ética y política de dicho movimiento.
La tarea fundamental del presente momento histórico es construir un poderoso movimiento obrero y popular, con una sólida conciencia de clase, para profundizar el proceso revolucionario, consolidar la liberación nacional y abrir caminos a la construcción del Socialismo.
XXX Pleno del Comité Central del PCV. Caracas, 6 y 7 de junio de 2009.
Fuente: www.tribuna-popular.org
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