2012/12/26

¡Hay que ilegalizar al PCV!

Edgar Meléndez (*)

BATALLA DE LAS IDEAS

Hay un buen número de personas que apoyan al proceso bolivariano que no solodesean sino que están a punto de exigir la ilegalización del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el exilio para sus dirigentes y buena parte de susmilitantes, de hecho, ya hay quienes nos han “expulsado” de la revolución y han jurado públicamente “venganza revolucionaria” para nuestras “traiciones”.

Lo anterior, que no es más que una nueva manifestación de la política betancuriana  que ya se ha expresado otras veces en estos años contra el PCV pudiese parecer contradictorio en el marco de un proceso revolucionario si solo evaluamos su superficie y no llegamos a comprender que el mismo tiene como característica, entre otras, el contar con el apoyo de diversas clases y capas sociales cada una de las cuales se expresa y actúa según sus intereses y su ideología, entendiendo en este caso ideología comoconcepción del mundo y no como la acepción clásica marxista de “falsa conciencia”.



A este proceso, que los comunistas insistimos en caracterizar como un
proceso nacional liberador con posibilidad de avanzar a una fase más profunda de liberación si cumple con algunas premisas, lo acompañansectores de izquierda comprometidos con el socialismo desde sudefinición científica, sectores reformistas, sectores de centro derecha y sectores derechistas empresariales y en esa maraña amplia, aglutinada por el liderazgo del presidente Chávez y sustentada en el interés compartido desdeconcepciones diversas (aunque ya aquí también hay deslindes) del antiimperialismo,se viene imponiendo como dirección una capa conformada principalmentepor burócratas del Estado que imponen un ritmo ya no solo conservadoral proceso sino hasta reaccionario en la preservación de sus espacios de poderpolítico y económico que no les permitirá jamás combatir al enemigo histórico a quienes vienen de la izquierda y se han “institucionalizado” y le reafirma suposición pequeño burguesa a los que ya “andaban en eso” antes de 1.998.

El proceso debe dirigir al gobierno y no al revés como actualmente está sucediendo.

Las anteriores consideraciones no les gustan a los oportunistas y juegan con
ella diciendo que es contra el líder para así confundir a buena parte de las masas
y avanzar en el camino del convencimiento colectivo que en Venezuela el 
problema no es el Estado capitalista que aun existe como reflejo de las
relaciones de producción capitalistas intactas, ni la oposición apátrida, ni la
falta de un sindicalismo clasista coherente, ni la corrupción; nada de eso: el 
problema es que este proceso ha sido muy “benevolente” con el PCV ya es
hora que corrija esa “falla estructural” para que sanen todos los demás problemas.
Esta  posición se ha manifestado desde hace mucho tiempo, y cada vez toma 
más fuerza, en todas las oportunidades que el PCV en ejercicio no solo de 
su autonomía política y orgánica, sino fundamentalmente en cumplimiento
de su responsabilidad revolucionaria, ha señalado fallas, errores y debilidades 
(desde nuestra concepción obviamente) que solo en poquísimos casos se han 
escuchado y se han tenido que señalar a través de espacios públicos por no 
existir canales reales de comunicación, debate y disertación política 
con las fuerzas aliadas especialmente con el Partido Socialista Unido de 
Venezuela (PSUV).
En el marco de una acción política todos los actores tienen razones para
las decisores que toman y ejecutan, no todas serán erradas y no todas
serán acertadas, lo que sí es cierto es que a los comunistas no tiene porque 
gustarnos, y por tanto no podemos apoyar, por ejemplo que la impecable,
efectiva y eficaz política internacional antiimperialista y bolivariana de nuestro
gobierno se haya visto manchada por la entrega de un compañero combatiente
bolivariano colombiano al Estado que lo persigue, como tampoco nos gusta
que Julián Conrado esté preso, como tampoco nos gustó que en algún momento 
haya existido posibilidad de que este gobierno de reconocida acción social 
asomara la posibilidad de aumentar el impuesto más regresivo y neoliberal como
es el IVA, como tampoco nos gusta que haya campesinos asesinados
de manera impune por terratenientes, como tampoco nos gusta que haya luchadores
sindicales clasistas perseguidos y sindicaleros mafiosos sin posibilidad de que 
nadie los señale, como tampoco nos gusta que se convoque al pueblo a asumir
su corresponsabilidad en la gestión pública pero el que denuncia sabe que le irá
mal, como tampoco nos gusta que a 14 años y con serios peligros acechándonos
se niegue la posibilidad y la necesidad de surgimiento de una dirección colectiva
con el chantaje que eso es desconocer el liderazgo del Presidente, como 
tampoco nos gusta que la banca no haya sido nacionalizada, como no nos gusta
que el Control Obrero de la Producción sea solo una palabra y no una realidad,
como no nos gusta que muchos gobernadores hablen mucho de Poder Popular
pero en la practica ni comprendan ni mencionen el fondo del problema (creo de verdad
que es más porque no lo comprenden), como no nos gusta que se nos convoque
a “amplios debates” donde debemos decir solo lo que algunos quieren escuchar,
como tampoco nos gusta, ni humana ni políticamente, que el Presidente esté enfermo.
Claro está que a los comunistas no solo hay cosas que no nos gustan, hay un 
montón de cosas que nos gustan del proceso que los venezolanos nos hemos 
dado como nueva etapa cualitativa del largo proceso revolucionario nacional y
que son el sustento de nuestro consuetudinario y decidido apoyo al presidente,
al proceso en sí y al gobierno bolivariano, apoyo comprobado en momentos
álgidos como el golpe plutocrático de 2002 que puso en riesgo la vida del líder 
mientras otros se ponían a la orden de los verdugos; de verdad que es una 
lástima que el avance del oportunismo no permita hacer una seria y pública reflexión 
de estas cosas y hoy los héroes sean los renunciantes y los “traidores” los que 
defendieron en la calle en riesgo de su vida al proceso en aquel día.
Yo no tengo duda, desde hace mucho, que a cierta parte de la dirigencia del 
proceso ni le gusta ni le conviene un PCV autónomo, critico y propositivo, aquí 
se nos está exigiendo sumisión o nada y muchos hechos lo reafirman, el último:
no bastó que apoyáramos 19 candidaturas delPSUV  a gobernaciones de las 
cuales nos enteramos por televisión y el PCV decidió su apoyo en esos 19 casos
por su alta condición política de compromiso revolucionario y solo en 4 estados 
lanzáramos candidaturas alternas, ninguna de militantes del PCV  como expresión
no de descontento sino de imposibilidad política por coherencia revolucionaria de 
apoyar candidaturas que representan, por distintas cuestiones concretas, desviaciones
que enfrentamos y que a “grosso modo” enumeramos unos párrafos más arriba.
El caso más dramático es el estado Bolívar, donde años de denuncia política de las 
desviaciones que sufre el proceso, de la persecución al movimiento sindical clasista,
de la asociación perniciosa con transnacionales que operan en las empresas básicas
desangrando a Guayana en contravía del desarrollo endógeno, de prácticas no 
correspondientes con la dinámica revolucionaria de la critica y autocrítica 
desde la gestión de la gobernación, de la practica del exterminio moral a quienes,
desde la perspectiva revolucionaria, lancen una queja o critica por real que fuere;
por ejemplo podemos afirmar que en Bolívar existen programas radiales “revolucionarios” donde
públicamente se llama “bastardo”, “recoge lata”, “loquito”, “lambucio”, al Secretario
General regional de nuestra organización (por solo mencionar un ejemplo
porque la lista de agresiones radiales diarias son innumerables), en este
estado se han ejecutado persecuciones laborales como el caso de trabajadores
de HidroBolívar, o contra el propio militante del PCV y exalcalde del Municipio
Piar (Upata) Francisco Contreras y se han realizado, para los que dicen que 
esto solo se dijo en las elecciones, una larga lista de marchas, remitidos, congresos,
eventos para debatir y denunciar todo esto y donde se ha invitado (la casi totalidad
no ha asistido) a dirigentes nacionales del PSUV y otros partidos aliados y 
Movimientos Sociales para crear espacios de encuentro y articulación de todos los 
factores revolucionarios pero esto no ha servido de nada y el resultado electoral del
pasado domingo, que no es más que reflejo de esta cruda realidad regional, lejos 
de servir de catalizador del encuentro y del reconocimiento pareciera que se está 
pretendiendo utilizar para negar lo que ya es más que evidente y seguir de 
esta forma empeñados en cerrar todas las puertas que deben abrirse para escuchar 
y reconocer la critica porque solo escuchando a todos los actores, como el PCV 
y las bases del PSUV descontentas, se podrá transformar esta difícil situación en
una situación favorable en al proceso bolivariano; hasta ahora, algunos siguen
anclados en la vieja costumbre, ya sabes, como siempre, la culpa la tienen los comunistas.
Esta dura y compleja realidad bolivarense , requiere un análisis detallado 
que debe partir por el reconocimiento que el surgimiento de tres (sí 3), candidaturas
distintas a la propuesta por elPSUV en la región no es ningún caso resultado de 
transacciones oscuras con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ni caprichos 
de nadie sino efecto de una causa que lleva años apareciendo por todas partes y que
“nadie” ha querido ver; de tal manera que todos debemos estar prestos a asumir las
responsabilidades a que hubiere lugar, pero de plano debe rechazarse, sea cual sea 
la posición personal, que el gobernador y la dirigencia del PSUV en Bolívar son 
absolutamente inocentes y están sin responsabilidad alguna sobre esta delicada
situación, esta irresponsabilidad no hará más que agravar los problemas.
Yo ya he asimilado que hay personas que por su anticomunismo su única política 
se trata de esperar que hace el PCV para salir a criticarlo, advierto que para ellos
no va este artículo, a esos “ni los ignoramos”, como tampoco va para los oportunistas
y mucho menos para los “revolucionarios” que nos llegaron de las escuelas del
cabillerismo adeco ni para los practicantes fundamentalistas de esa nueva 
y lucrativa doctrina del “adulerismo” que está haciendo mucho daño porque toda 
revolución seria necesita de la critica, de la adecuación permanente de fallas y 
debilidades y eso nos lo enseña, con dolorosos ejemplos, la historia revolucionaria.
En Bolívar, donde están sucediendo cosas inadmisibles e injustificables para los 
revolucionarios, la “oda” a la irresponsabilidad política “hace creer” al resto del 
país que en este estratégico estado todo era bello, tranquilo y armonioso hasta 
que los “infiltrados” del PCVdecidimos tener candidato propio y nos lanzamos
en decidido plan desestabilizador contra el proceso bolivariano. Además quienes
dicen esto y quienes lo creen olvidan que en Bolívar desde el propio 2004 hemos
marcado distancia con decisiones del Movimiento V República (MVR) - PSUV
en distintos aspectos políticos-electorales incluyendo candidaturas a alcaldías, 
gobernación, etc.
Lo anterior pretende, cada vez con menos éxito, invisibilizar las advertencias
que en reiteradas oportunidades el PCV y muchísimos sectores y grupos 
consecuentes del Movimiento Popular y Revolucionario de Bolívar han 
hecho sobre descaradas desviaciones que aquí vienen ocurriendo; por
ejemplo, alguien debe responsabilizarse por el desastre sindical que comete la
principal corriente laboral del PSUV en Guayana, dónde gracias a ello el proceso
ha perdido frente a la derecha muchas elecciones sindicales como en Alcasa y
Ferrominera (por solo nombrar dos); otro ejemplo el pasado 7 de Octubre fue 
evidente la significativa y alarmante merma de votación a favor del proceso bolivariano
en todo el estado (podríamos hablar también de la renuencia, apatía y falta de despliegue
de una campaña electoral como lo ameritaba la elección presidencial por parte de 
los dirigentes más altos del PSUV despliegue que si fue descaradamente evidente
durante la campaña regional), se pretende invisibilizar también nuestras denuncias
sobre un sostenido, agresivo y antipatriota plan de desestabilización permanente
por parte de brazos sindicales del PSUV y cercanos a la gestión del gobernador
contra las empresas básicas toda vez que el Presidente Chávez asumió en el
año 2.009 una correctísima línea de trabajo junto a los trabajadores para la
transformación del modelo productivo y gestionario de estas industrias (y como
siempre no se recibió respuesta alguna a estas denuncias) y así podríamos 
anexar una larga lista de acciones grandes y pequeñas que el pueblo organizado,
las bases del PSUV, el PCV y corrientes clasistas han desarrollado advirtiendo
lo que ya no es posible callar: “en Bolívar las cosas no están bien porque no se
están haciendo bien las cosas”.
En el cenit de estos distanciamientos políticos a lo interno del proceso, propios 
y extraños mantuvimos la esperanza de que el nuevo proceso electoral sirviese
para oxigenar al proceso presentando como candidato o candidata a gobernador(a)
a un nuevo actor (hombre o mujer) que además abriera las puertas al encuentro de
las fuerzas patriotas en la entidad; pero la esperanza duró poco: el gobernador iría
a la competencia por la reelección y eso, lo sabíamos, profundizaría nuevamente
los desencuentros y reavivaría los distanciamientos cada día más marcados
entre los factores del proceso.
La campaña fue, por parte del candidato a la reelección, un despliegue realmente
grosero de recursos propagandísticos, que señalan un gasto mil millonario que 
en nada tiene que ver con la profunda transformación que vive la política 
venezolana y eso también lo cuestionamos; porque aún en el marco clásico 
de las elecciones burguesas los revolucionarios estamos obligados a hacer 
de las campañas un hecho didáctico con mucho debate de ideas y de propuestas
de las líneas de acción para el avance de la transformación y no una lucrativa 
reproducción de esquemas que no se parecen a los que decimos que impulsamos;
además, que sirvió la campaña para profundizar las acciones intimidatorias
de los grupos fundamentalistas que pretenden con sus mentiras y ofensas públicas
invisibilizar y destruir al Movimiento Popular y Revolucionario de Bolívar.
Una vez hecha la elección, con los conocidos resultados, creo que va mucho más
allá de la insensatez el negar que las bases políticas del proceso están resentidas
en Bolívar con una gestión que en lo personal me parece que ha hecho poco en
relación a la solución concreta de problemas de la gente pero que ese no es
el problema de fondo planteado aquí, porque toda revolución debe ser eficaz y
eficiente en gestión de gobierno pero no toda gestión de gobierno, por muy
eficaz que sea, es necesariamente revolucionaria; así que, en Bolívar la votación
revolucionaria contra el gobernador no es por un tema solo de “gestión”, es un
problema eminente y profundamente político.
En los próximos días realizaré un artículo de humilde análisis de los resultados
electorales en Bolívar para derrumbar algunos mitos perniciosos; sin embargo,
advierto que hay muchos “mitos” que ya no solamente se destruyen con análisis
políticos sino con una simple revisión de los resultados de las elecciones en la 
página web del CNE.
Por cierto, hablando del CNE, debe quedar claro que ningún militante del PCV
se ha pronunciado en el sentido de un fraude electoral en Bolívar, sencillamente,
y lo digo con propiedad, el PCV no tiene ni un solo elemento que nos haga dudar
sobre la transparencia del proceso electoral y que de tenerla nos obligaría
por mínima ética y responsabilidad a hablar de ello y de allí que no es al CNE
a quien el PCV está cuestionando; el PCV está cuestionando a la ejecutoria política
de la gobernación de Bolívar, a las actuaciones políticas del gobernador y de
sus más cercanos colaboradores.
Hemos hechos llamados sin eco alguno para el encuentro fraterno, de altura y respeto
a todos los factores de la alianza, hemos respetado sus posiciones políticas porque 
la autonomía es una condición bidireccional, jamás hemos sometido al escarnio público
a nadie por mantener opiniones distintas a nuestras líneas de acción política, cuestión
valedera y que incluso nos ha permitido muchas veces revisar decisiones erradas; por lo 
tanto, en aras del bien del proceso llamamos urgentemente a que en Bolívar se atienda la
situación política de la cual los resultados electorales son apenas una nueva muestra,
quizá la menos grave de fondo, para intentar la recomposición de la fuerza y la rectificación
de una gestión que no cumple, más allá de las vallas publicitarias, con las premisas
fundamentales de la revolución y que por tanto no sirve a la concreción de necesarias
metas tácticas útiles al proceso y eso ya es una verdad ineludible.
Lo peor de todo es la burla a la inteligencia de las 30 mil personas que votaron en la
tarjeta del PCV en Bolívar, esas personas que apoyan a Chávez no votaron ni engañados,
ni hipnotizados ni son traidores, son ciudadanos que interesados en hacer verdad las
premisas de la revolución en nuestro estado Bolívar levantaron su voz de protesta votando
por una opción revolucionaria que ha demostrado en la práctica, con aciertos y errores,
coherencia total con los objetivos del proceso.
Por último, debido a la acción de quienes han hecho del fomentar odios su forma de
“ganarse el pan”, quiero aclarar que en el año 2010, por decisión de mi organización
política fui candidato en la alianza con el PSUV a la Asamblea Nacional, esa 
campaña me permitió compartir en diferentes oportunidades con el gobernador del
estado quien se desempeñó como responsable de dicha campaña, en esos momentos,
y a pesar de las diferencias políticas, mantuvimos conversiones cordiales y muy
respetuosas sobre la necesidad de mejorar los niveles de comunicación entre
nuestras organizaciones políticas, cuestión que lamento jamás se haya concretado;
lo que quiero decir es que, ni en mi persona ni en nadie del PCV existen problemas
personales ni contra el gobernador, ni contra ningún adversario, son problemas que
pertenecen a la esfera de lo político y que tienen mucho que ver con diferencias de
los intereses de clase que se defienden en la practica pero jamás con sentimientos
de rechazo personal hacia nadie en particular.
Igualmente puedo referirme en el mejor de los términos de Manuel Arciniega con
quien también he mantenido relaciones políticas de mucho respeto y de quien me consta
su preocupación por el estudio y por el conocimiento además de un bagaje de 
experiencias en la acción concreta revolucionaria.
Una semana antes del inicio de la campaña regional para las elecciones del pasado
domingo me correspondió junto al Camarada Oscar Figuera hacer público, en
rueda de prensa, la intención total del PCV de avanzar en unidad con todas las
fuerzas políticas del proceso, y el retiro de nuestra candidatura en Bolívar, con
la única exigencia de cambiar al candidato y gobernador por otro u otra surgido de
las filas del PSUV y poner de manera rápida coto a la fractura electoral que existía 
en torno al Gobernador Rangel; nuevamente la respuesta fue el silencio.
Los resultados están allí, esperemos que todos, todos que somos todos como
dijo Benedetti, logremos sacar las mejores conclusiones de ellos para que el
proceso bolivariano pueda profundizarse lo cual pasa por negar el anticomunismo
visceral de algunos y silenciar las voces que están pidiendo entre líneas o abiertamente
persecución al PCV.
La revisión debe ser integral y el PCV la ha hecho, la hace y la seguirá haciendo.
Antes de ilegalizar al PCV ilegalicemos al sectarismo, a la falta de debate y 
construcción colectiva, a la negación y persecución a la crítica, quizá al final ni tengan 
que ilegalizarnos.
(*) Militante del PCV
@edgarmelendez79