Thierry Meyssan. Red Voltaire
Cansados de los larguísimos reinados de los presidentes Francois Mitterrand y de Jacques Chirac, los franceses eligieron a Nicolás Sarkozy con la esperanza de que la energía de este último lograra revitalizar al país.
Esperaban acabar así con años de inmovilismo y de ideologías obsoletas. Lo que obtuvieron fue una ruptura con los principios fundamentales de la nación francesa y ahora se han quedado estupefactos ante este «hiperpresidente», donde todos los días embiste contra un nuevo asunto, succiona a la derecha y a la izquierda y trastoca todos los puntos de referencia sembrando en la nación, creando así la confusión total.
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